Imagen del Crucificado en la iglesia
de Masueco
Después de un mes de
enclaustramiento o sea, treinta días, necesito más que nunca a D. Urbano Alejo,
mi maestro de infancia que explicaba la geometría como nadie hasta el punto de
entenderla hasta el más zoquete; yo mismo. Quiero saber en qué lugar de la curva
me encuentro. Si estoy en la subida o en la bajada de la misma; por qué me ocultó
que las curvas tienen pico, y otro
montón de cosas que cuando las presentan en la tele no me entran en la mollera.
Pero no era mi intención en
principio tratar esta rama de las matemáticas, sino que me explicara qué quiere
decir imprescindible; si este término
puede fluctuar con la necesidad, la conveniencia, o la ocurrencia. Ejemplo: Peluquerías,
estancos, etc.
A parte de las cosas necesarias para
garantizar la alimentación, la salud y la seguridad de las gentes, todas ellas objetivas, hay otras que son subjetivas y que nunca se podrán juzgar
desde el prisma de las primeras. La desinfección de las calles de pueblos y
ciudades con camiones o tractores ataviados con un depósito de agua y lejía pertenecería a las primeras. Pero un sacerdote
católico, ataviado con mascarilla y guantes reglamentarios esparciendo agua bendita con un hisopo las
mismas calles; ¿es imprescindible?; para los objetivistas seguro que no, pues rápidamente
fue disuadido por las fuerzas del orden.
Para los creyentes posiblemente sí. Es fácil que los primeros, lleven su
perrito de marca a la parroquia San Antón en fecha y hora, y cuando en la vejez
vean de frente al de la guadaña, quizás piensen
de otra manera. Esto mismo le ha sucedido a otro párroco en plena liturgia en
una terraza particular. De aquí a prohibir Fátima, Lourdes, o el Santo Cristo
de Masueco, no sé si falta poco pero va en camino.
En esta zona de las arribes se
celebraban otra hora liturgias paganas para curas de males campo y animales,
que hoy día nos parecerían estúpidas, pero que a aquellas gentes les
funcionaron; o quién les va a convencer que nó. (La bufa, que se representa hoy
día como recuerdo de aquello en el vecino pueblo de Aldeadávila es una de
ellas).
Para los padres, las clases on-line
estos días son imprescindibles, objetivo; lo mismo que es para los niños la
llegada del ratoncito Pérez tras la caída de un diente. Esto último para los padres
es subjetivo (no lo ven); para los niños objetivo (lo ven). Es por esto que el
alcalde de Boadilla del Monte (Madrid), ha encargado que tal roedor, llegue
todos los anocheceres a los domicilios
de los mellados peques. Porque ninguno de estos en su bondad, tienen la culpa de la ignorancia o la maldad de los gestores
de esta desgracia que algunos llaman pandemia.
Y al día siguiente en la Catedral de Granada ¿O es que alguien esperaba otra cosa?
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