jueves, 29 de octubre de 2020

Receta: Aislar al virus, no al ciudadano

Cascada superior del pozo de los Humos (Masueco), con distanciamiento de visitantes por aislamiento perimetral. (Ay Señor, que habremos hecho).

El 4 de octubre de 1918 el Boletín Extraordinario de la provincia de Burgos, y antes de alcanzar el “pico de la curva” como dicen ahora los expertos, publicaba unas recomendaciones-órdenes del gobernador, con el fin de minimizar la expansión del rebrote otoñal de la epidemia de la gripe reinante en esos momentos; hoy como son más finos,  hablan de “doblegar la curva”. Prefiero ser literal: “Que se abstengan en consecuencia de permanecer en locales cerrados, mal ventilados, donde se reúne mucha gente, como tabernas, cafés, etc. Que se extreme la limpieza de las casas. Que se tengan abiertas todo el día las ventanas de los dormitorios y se ventilen con frecuencia los locales donde permanezcan durante el día. Estar en el campo el mayor tiempo posible, porque el aire libre, el agua y la luz son los mejores desinfectantes en esta ocasión…” Pues casi cuarenta días después, el 9 de noviembre de 1918 según los documentos que se conservan, ya no hubo ningún nuevo caso en esa ciudad. Entonces, ¿Lo de los seis meses del nuevo estado de alarma? ¿Son para salvarnos a los ciudadanos? Yo, ya he visto que no, aunque hay gente todavía dándole gracias por habernos salvado a 400.000.

Viendo lo anterior, ¿Qué interés hubo en tener encerrados en las casas a “todos” los habitantes de esta España vaciada con todo el campo que tenían? Científicamente, ninguno.

Hace unos días se pudo ver en Madrid. Cuando en la zona centro los contagios no eran alarmantes, pero había pueblos-ciudades-barrios dentro de esa  comunidad que tenían unos datos de contagio altísimos, fue limitada la movilidad de estos exclusivamente. Cuando por “brutidez” del “sumo gobernador membrillo”, se decretó en esos días un estado de alarma a toda la comunidad, imposibilitando a sus ciudadanos distanciarse entre alcornocales y encinas de la Extremadura o el campo charro, las gentes de estos barrios tomaron el metro, y todos al centro a dar vueltas a la plaza mayor, con lo cual, a los pocos días ya estaban todos igual= de mal. Ahora es peor; al grito de distanciamiento social promovido por el gobierno central, nosotros aportamos el distanciamiento autonómico. Como si no lo estuvieramos poco. Vamos mejorando.

Bueno, pues el 26 de octubre de 1918, El Adelanto de Salamanca publicaba los datos  de la pandemia de la gripe en esta provincia. En el Masueco de ese año, con un censo de 1.097 habitantes y siendo D.  Carlos de Sena médico de esta localidad; los “invadidos” alcanzaron la cifra de 335 ciudadanos, siendo cuatro los fallecidos.

Como recuerdo de aquella epidemia, el periódico El Debate (Madrid), el día 8 de octubre de 1918 traía la noticia del fallecimiento en Lugo y provincia de 12 religiosas que habían atendido a familias enfermas. (Gratis, y sin aplaudirles nadie).

Posiblemente, como sucedió en el primer brote con el diagnostico de la pitonisa de la bodega allá por el mes de  junio; a mediados de noviembre, es posible no haya ya ningún nuevo ingreso  por la covid-19. No es época de jugarse cervezas, pero unos vinitos cuando quieran. Lo malo es que los tendremos que  beber alarmados.

 

martes, 27 de octubre de 2020

Este virus lo paramos dispersos

 

 Y sigue


Pues sí, esta vez parece que el virus lo vamos a parar dispersos. El mando único esta vez no parece ser imprescindible; lo que sí han dicho esta vez los “expertos”, es que con seis meses seguidos de estado de alarma sin control parlamentario, es más que suficiente para terminar de doblegarnos. Si tienen algún amigo venezolano, pregunten que tienen experiencia.

Falta cambiar un poco el lenguaje para que se vea que son demócratas. Al toque de queda, que les suena a Franco, se le llamará ahora: “Supresión de actividades nocturnas”.

Esta vez no será algún mando de la guardia civil el que diga en rueda de prensa que tienen que vigilar que nadie culpe al gobierno de la mala gestión de la epidemia por cualquier medio que sea, internet incluido. Directamente lo ha hecho el propio gobierno.

Falta, nos den las órdenes pertinentes que hemos de cumplir para ser buenos súbditos. Los sanitarios de momento, no tienen ganas de que la gente salga a aplaudirles “every day” a las 20h al ritmo del resistiré. Piden como la mayoría, (pacientes todos), aumento de las plantillas. (No se preocupen que algo se inventarán para echarles a otros la culpa).

Como es posible que haya gente que aun le quede en existencia papel higiénico, levadura y harina panificable; imagino que esta vez no se vaciarán las estanterías como la vez anterior. También habrá que bajar del altillo del armario la cantidad de puzles que resolvimos la temporada pasada que seguramente no habrán caducado.

Por último, y como sucedió en marzo, le echaremos la culpa a los que vienen de Madrid; que aunque muchos de ellos nacieron aquí, decidieron hace tiempo emigrar de la Castilla que no les ofrecía trabajo. Pues ahora cuando vienen a su tierra a traer por “los Santos” unas flores a sus abuelos, el “jefe disperso”, el héroe del PP que habita en Pucela; (hijo de un alcalde que fue de Salamanca y procurador en las cortes franquistas, posteriormente a haber sido fraile dominico; cosas de la guerra);  lo tenemos con una pancarta en la A-50 con la inscripción “No sois bienvenidos”. Gracias desagradecido.

sábado, 10 de octubre de 2020

El wolframio de otra época

 

Imagen de Santa Teresa en la iglesia de Masueco.(Quizás no sea el mejor lugar). Puede que también, visto sus escritos, sufriera algo parecido a F. Botello de Moraes.

 

 

Cuando las gentes de la Europa de los años 40 del pasado siglo se enzarzaron en un conflicto bélico que posteriormente se extendió por todo el mundo, hubo materiales que fueron de primera necesidad para las cosas de la guerra; uno de ellos fue el tungsteno o wolframio, necesario este para la fabricación del acero. Por este motivo la zona noroeste salamantina se llenó de explotaciones algunas de ellas casi a nivel artesanal. Cuando estos dejaron temporalmente de matarse, el precio de este material bajó hasta tal punto, que volvió a dar más dinero el vino, y así volvemos al capítulo primero.

Algunas de estas explotaciones funcionaron en Masueco durante los años 50 del pasado siglo. La de los Llameros y mina Morina al final de sus días y antes de su definitivo cierre, llevaban el material extraído a  Barruecopardo para su posterior concentración.

Pero en el noroeste peninsular, hubo un conocido en esa época como oro negro o wolframio vegetal, que alcanzó un altísimo valor: El cornezuelo del centeno. Quizás la gente joven no haya oído hablar del LSD, droga alucinógena utilizada por algunos elementos del movimiento “Hippy” (jipi), nacido en la década de los 60. Muchos psiquiatras y psicoanalistas, vieron en esa droga un agente terapéutico muy prometedor, por lo que, aunque ya se había sintetizado y fabricado por los laboratorios Sandoz, su precio para un país salido de una guerra era prohibitivo.

Este compuesto cristalino relacionado con los alcaloides del cornezuelo del centeno ya se utilizaba en la medicina popular, (aceleración del parto, abortos, e infinidad de aplicaciones). La brujería desde muy antiguo se venía aprovechando de él. En Galicia, por su climatología, era usual que este hongo estropease las cosechas de este cereal; este hecho dejaba al centeno inhabilitado para  la fabricación del pan. (La mayoría de las alucinaciones que se producían en los conventos de las órdenes mendicantes, que no tenían mucho dinero y comían “pan negro”, se debieron seguramente a la utilización de este centeno. Como comenté un día con Nelson R., amigo del lado de allá, su paisano Francisco Botello de Moraes, (Torre de Moncorvo 1670), leyendo su “Historia de las Cuevas de Salamanca”, me pareció haberse pasado comiendo de este “pan”.

Desde el puerto de Vigo salía gran cantidad de este cornezuelo con diferentes destinos como Inglaterra y Estados Unidos. Después de Galicia y Asturias la región leonesa, era en España la mayor productora de centeno. (La región leonesa incluía Salamanca. Lo digo por los más jóvenes). El hecho de que años más tarde fuera prohibida la exportación del mismo, unido a la paralización del campo por la guerra civil, y la inseguridad del transporte durante la segunda guerra mundial, hizo que los precios se dispararan en el mercado internacional. En 1953 ya en plena guerra de Corea, llegó a pagarse en España a 700 pesetas el kilo. Y apareció por tanto, el control por parte del estado y como no, el estraperlo y las multas. El Adelanto con fecha de 7 de Enero de 1942 ya publicaba alguna sanción de 1000pts a P … ... de Masueco de la Ribera por la ocultación de 38 kilos de cornezuelo. Las multas por ocultación de materias primas de primera necesidad en aquellos momentos estuvo a la orden del día: Jabón, aceite, patatas, etc.  Ahora nos parecería raro este hecho; pero había que repartir; solo un ejemplo. Cuando terminó la guerra, los mulos que habían sido todos requisados para la misma, como mucho se vendieron para carne y claro, el arado no funcionaba a pilas.

 

 

P.D.  De ahora en adelante: Si el Barsa gana la liga, si sube el pan, si el planeta se calienta, si Sánchez no es el más guapo, o si la Covid-19 se extiende en Navarra, ya saben: Los madrileños tienen la culpa. Solución;  se les quitan libertades hasta que aprendan a votar-me.