Sopa alentejana pero del lado de acá, made in Masueco
Fallecidos en las últimas 24 h, (España 523 españoles- Portugal 32 portugueses)
lo pongo así, para que se entienda aquí.
lo pongo así, para que se entienda aquí.
Obediencia, disciplina y honor en el momento actual. (31 días de estado de "alarma")
Los dos primeros términos que parecen
sinónimos, en algún momento así fueron o al menos en la vida civil nos
parecieron; los que venimos de otra época solíamos confundir obediencia con
disciplina quizás porque estábamos convencidos que cuando se nos daba una
orden, sabíamos que era lo mejor para nosotros. Porque se les suponía más
conocimiento, bien por estudiado o tal vez por aprendido: El maestro en la
escuela; el médico en la enfermedad; nuestros padres en la vida. La
desobediencia a estos se pagaba más con el castigo de un futuro incierto,
(brutidez), que con el tirón de orejas o masaje de zapatilla con que nos
premiaban.
Ya en la vida real, con los dos
primeros términos se puede ascender tanto civil como militarmente. Puedes
llegar a ser ministro de algo; director
general de algo; secretario de
estado de algo; vamos, algo. Ser obediente y disciplinado es el mérito en sí.
El segundo y el tercero ya en el
ámbito militar tienen su miga. Por disciplina puedes matar, por honor debes hasta
morir. Como cambia el resultado. Antes
que la cosa se ponga peor en tema de libertades; que se pondrá; aquí van un
par de ejemplos.
Los últimos años de la historia de
España están llenos de estos. Recuerdo cuando por el año 2003 uno de los
juristas más ilustres que hemos tenido, el granadino D. Manuel Jiménez de Parga, formado y distinguido en multitud de
universidades de todo el mundo, siendo presidente del Tribunal Constitucional,
defendiendo la verdad, y para aclarar las tonterías que a cada paso iban
soltando los dirigentes de algunas CC.AA. que alguien neciamente había bautizado como
históricas; ya por hartazgo, se le ocurrió comentar una obviedad: Que “mientras
en el año 1000, cuando los andaluces tenían decenas de surtidores de agua de
varios colores, en algunas zonas de las
llamadas comunidades históricas, ni siquiera sabían asearse los fines de semana”.
No hace falta decir, que cuando llegó al poder (de la forma que llegó) un año
después, el “ilustrísimo” tuercebotas Zapatero,
el profesor Jiménez de Parga fue destituido. No lo fue ni por desobediencia ni
por indisciplina; fue por falta de honor del destituidor.
Por honor se
puede y debe dar la vida, (¡ay!, siempre D. Quijote); pero también se puede
perder el cargo como le sucedió al capitán de navío Méndez Vives en 1977 tras el entierro de dos
policías asesinados por el grapo. El delito fue tener el convencimiento de que el
honor está por encima de la disciplina.
Cada vez que veo en lo que se han
convertido las comparecencias diarias sobre esta pandemia, en la que dedican
1hora (los responsables de hacer cumplir este estado de alarma) relatando un
sinfín de indisciplinas de los españoles, que van ya por un millón, culpándoles en parte de la desgracia que nos toca vivir,
me acuerdo de Méndez Vives. Lo que
hubiera durado en el cargo.
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