Gatos en la zona del balsadero. Masueco
Portugueses fallecidos últimas 24h-----35
Españoles fallecidos últimas 24h---367
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Españoles fallecidos últimas 24h---367
Perdón,
pero se me acaba de joder el día. Me parecía buena fecha la del 23 de abril
para acordarme de Cervantes, al que nunca le leeremos tanto como para darle
pagado el Quijote por mil años que viviéramos. Yo personalmente estoy de
acuerdo con él, que el abuso de esta “joya”
incita al hombre a luchar por la libertad; no sé que hacen que no lo están
prohibiendo ya—Verdaderamente, señor cura, yo hallo por mi cuenta que son
perjudiciales en la república estos que llaman libros de caballerías.- También
acordarme de Shakespeare al que le gustó otro 23 de abril para dejarnos. No
puedo dejar de lado tampoco a otro coetáneo de ambos, el (gallego) portugués Luís
Vaz de Camoes, que versó como nadie las hazañas y orgullo del pueblo lusitano a
lo ancho de los mares; (y que la wiki dice que murió de coronavirus). Incluso
del Santo mata-dragones que los
aragoneses veneran, pero no; hoy 23 de abril en horario prime time, horario telediario no iba a ser “ÉL” menos; uno de los vice-membrillos
de esta epidemia de gobierno que padecemos; aparece, no con camisa y corbata
del color de engañar como su jefe, no, él es un luchador defensor de la clase
trabajadora; él no, él viene vestido con voz de madre Teresa, pero no aprendida
en los suburbios de Calcuta curando
leprosos, él la trae modulada de prestigiosa academia madrileña donde se forman
los mejores actores y presentadores de magacines.
Pues al
gran locuaz, no se le ocurre otra cosa que engolando la voz hasta términos de
ser dañino para los diabéticos; les dice
a mis nietos como si fueran hombrecitos, que ya los va a dejar salir a la calle
a jugar. Con vocecilla de santa les pide disculpas porque quizás al explicarse
mal, no entendimos bien los padres y
abuelos y los hemos tenido encerrados 40 días sin derecho a césped, piscina y
tinaja.
Lo mío
ha sido peor; pensando que yo le he puesto ahí, (con los anticuerpos-demagogos que
he creado después de 44 años cotizados entre autónomo y cuenta ajena), me ha
tratado de gilipollas; y como se imagina que llevo los “cuarenta y un días” de reclusión cocinando, me ha pasado la receta
del “bollo de yogur” : 3-1-1-1. Tres niños, una hora, un kilómetro, y “un tonto que no se entera de nada”,
(que es lo que me van a decir mis nietos en cuanto me vean), o sea, yo.
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