Portada revista Nuevo Mundo ( 1907)
Típico cantarero con vasares,(Masueco)
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Una de las labores que de pequeños debíamos realizar al menos una vez al día, era sin lugar
a dudas, el hacer un par de viajes con el carretillo y las cantaras hasta la fuente, para poder
rellenar las tinajas de agua.
Era otro lugar de encuentro. En aquella bendita edad, nunca teníamos prisa. Pase usted señora
delante, (que solían ir poco, mas bien era oficio de chavales).La cuestión era hacer tiempo, por
ver si venía por agua aquella chica, que como casi siempre, hacía caso a todo el mundo menos a nosotros.¿Como era posible?, si nuestra madre se hartaba a decirnos que éramos los más guapos.
Que tercos , nunca nos dábamos por vencidos.
Con el abandono de este ritual, desaparecieron tristemente los alfareros, que es sin duda, otro
de los oficios extinguidos para nuestro empobrecimiento cultural. Con él, también pereció
el botijo, y su tecnología punta en enfriamiento sostenible.
Otro montón de euroburócratas que nos hubiéramos ahorrado. Ya van, ni se sabe.
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