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Esta expresión tuvo en tiempos de contiendas, el indicar a la gente, que estaba por venir un ataque exterior, dado lo cual era necesario tabicar las puertas de la muralla, con otra cosa que no fuera madera, fácil de quemar o de ser abatida con un ariete.
Aquí tal acción no era necesaria, pues no había muralla; eso si, nuestros vecinos cuando pasaban, que vicio tenían con arrancar o quemar las viñas de este lado. Yo creo que como sabían que nos gustaba mucho el vino, lo hacían para desmoralizarnos.
Hoy aquí en las arribes, creo que el enemigo, y quien va a obligar a cerrar puertas y ventanas a cal y canto a toda la zona, no es el vecino del otro lado del Duero.
Hubo una época que trasosmontes, estaba más lejos que Madrid, hallándose a tiro de piedra.
Hoy años después, creo que Valladolid, se encuentra mas lejos que Bruselas.
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