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También el catastro eclesiástico realizado a mediados del siglo XVIII, nos habla un poco de los gastos que tenía la comunidad para asuntos de iglesia y otros.
Por ejemplo; del común se le paga al párroco y sacristán ciento doce reales anuales, para la realización de sus labores, entre las que se incluyen las rogativas por los buenos temporales. (Luego nos quejamos de que no llueva lo necesario, o hiele a destiempo).
Ciento veintinueve reales al predicador, y dieciocho reales al receptor de bulas.
En Aquellos años el Beneficiado Rector y cura de la iglesia, fue D. Nicolás Sánchez, y para ausencias o enfermedades de este, D. Andrés Martín.
Este último con edad de sesenta y cuatro años, declara, para dicho catastro, que su familia son tres sobrinos y un criado.
Entre sus bienes, (además de otros), su casa en el barrio de arriba, de dos plantas, con sala y dos alcobas, bodega, caballeriza y corral.
Esta linda por levante y mediodía con la calle real, y al oeste con corral de Don Francisco Cubilano. (La bodega de
Delfi: ¡Suerte para quien tiene la bodega más conocida, famosa y antigua por los datos de Masueco.
ResponderEliminarAdemás santificada por el oratorio.¡Menudo lujo! No todo el mundo puede presumir de tener una bodega en el Seminario de masueco.
Llena de vino de la "casa de Sancho" bueno aunque no lo haya del Pinero que era muy bueno. Si no fuese así del aceite que en Masueco lo hay del mejor y más dorado que el oro americano