Todos los días del año tenían que tener a última hora del mismo su San Juan, su solsticio particular para quemar todas esas cosas que nos harían desvelarnos por la noche.
En Masueco tienen su peculiar quema. Por San Juan, este fuego lo hacen con tomillo de flor morada (cantueso), planta con poderes antisépticos a la par de mágicos.
Por San Pedro, sin embargo lo hacen con el tomillo blanco (tomilleja, llaman en otros pueblos y lugares).
Este Bautista decapitado por el despecho de una mujer, santón del desierto, tiene entre sus “propiedades” el ser utilizado su nombre para el conjuro de la hernia infantil.
Esta noche de San Juan, es típico que las mozas se laven la cara al amanecer con el agua del rocío, justo antes de salir el sol, para mejorar su belleza. No garantizo que funcione pero probar no cuesta nada; solo el madrugón.
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