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Como sucedió anteriormente con la entrada del casco histórico, estas fotos nunca quedan indiferentes.
Si hoy siguiera funcionando, este lugar, sería sin duda el centro tertuliano por excelencia de todas las arribes.
Anda el responsable de esta terraza con la moral un poco baja. Que si le prohíben el vino, embutidos los mínimos, el trabajo como que se le quitan las ganas, males todos ellos, que la medicina moderna intenta solucionar a base de pastillitas, jarabes, indiciones y demás.
Por mi parte, y la de mis amigos, lo mejor que podemos ofrecerle es nuestro agradecimiento, junto a esta foto, que seguro será como una inyección de alegre nostalgia.
(Foto cedida por Pedro).
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