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No solo los somieres son las partes de las camas, que pueblan la “fauna porteril” en las
cercas de Masueco; también los cabeceros de las mismas son aprovechados para tal fin.Los hay de todos los tipos, incluso de aquellos catres que en la parte superior del cabecero,
tenían colocados unos embellecedores, algunas veces dorados, que cuando flojos,
aportaban una singular sonería al mismo, a todas luces disuasorio de
cualquier mal pensamiento.
Con aquellos ropajes y estos inconvenientes, nuestros progenitores tuvieron mucho mérito.
Por ello y como digno castigo, fueron condenados a acabar sus días como porteras de cercas.
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Delfi. ¡En los monoplazas no cabrían malos pensamientos! ¿Quien sabe?
ResponderEliminarDesde luego han acabado en otros menesteres bien distintos.
Como siempre el saber popular de Masueco. No se molestan en destruirlos, sino que los aprovechan para que valgan de nuevo.
Buenos economistas, que merecerían estar en los mejores gobiernos económicos. Seguro que daráin gusto y si saben mantener la misma tradición, no cometerían el mal de tantos de meter la mano donde no deben. Serían justos y buenos.