LA CIENCIA Y LA FE. No hay enemigo pequeño

Foto de un virus de la familia coronaviridae realizada con un móvil de última generación. (Últimamente aquello que no se ve a través de la pantalla de estos artilugios, nos parece que no existe). Los resultados por desgracia, si son visibles. 

El hombre a lo largo de la historia, ha padecido dos tipos de pandemias, (ya visto en una entrada anterior); las naturales y las artificiales. Estas últimas, están relacionadas la mayoría de ellas con nuestra malicia, ambición por cualquiera de los pecados capitales, y las guerras, que es donde acababa al final todo.

Para defenderse  y sobrevivir a estas últimas, siempre se ha pensado en pequeños remedios. Un pequeño escudo, una coraza metálica, una pequeña fortaleza con o sin foso, etc. Aunque el hombre siguiendo el dicho, la mejor defensa es un buen ataque, (término futbolístico este), o al romano, si quieres la paz prepárate para la guerra, (este bélico), se ha inclinado más por un gran cañón, un gran tanque, o el bombardero o portaviones  más rápido y más grande.

Sin embargo para todo lo demás, (cuando no había MasterCard), y como el hombre no encontraba a mano solución que le satisficiera, lo buscó mas allá. Y se le encargó la defensa a la fe. Esto trajo como resultado que hoy en el mundo entero, haya grandes y hermosos templos, dedicados a multitud de divinidades. (Desde los primitivos dólmenes a las modernas catedrales y mezquitas). En las anteriores pandemias, estos eran los lugares donde las gentes se reunían para practicar la fe; hoy sin embargo la ciencia, los mantiene cerrados para el culto, y hasta el orientador de una de estas creencias mayoritarias, ayer se le pudo ver, solo ante la ciudad y el mundo (urbi et orbi) reivindicando esta fe; y es que los habitantes terrícolas siguen divididos: Los creacionistas por un lado, los evolucionistas por otro, y a los que le da lo mismo, a su bola. Los del (que mas me da).

Si observan bien la fotografía verán que no son capaces de ver los dichosos virus, pero de seguro que habrá, bien en la propia foto, en la funda de su móvil, o en la pantalla de su portátil. Para esas cosas tan pequeñas que no veían, (la fe), era para lo que los hombres pedían ayuda a los Dioses. Sin embargo hoy la (ciencia), porque los ve, y sabe que el virus te necesita para seguir viviendo; te dice: AISLATE, QUÉTADE EN CASA.