martes, 23 de marzo de 2021

Propaganda o democracia

 

 Restringir, restringir, restringir, restringir,...
Cartel restringidor en el acceso al Pozo de los Humos. Masueco
 
 

Hay veces que uno aunque no quiera no se puede aguantar. (Al menos para que no lo tomen por tonto). Existe otra historia de España lejos de los magacines, “sálvameses”, “salsas rosas” telediarios y demás.

Estos días pasados van apareciendo movimientos en varios puntos de Europa poniendo en duda si lo que nos cura es la vacuna, (por la que no tienen prisa), o por la sedación que produce el estado de alarma, y el ver cada dos minutos un coche de la policía con luces encendidas para dejarse bien ver; (no como los rádares de la DGT). Parece el culmen de la pérdida de libertades que desde hace algo mas de cuatro décadas vamos perdiendo. Y si no voy mas atrás, es por no encontrar interlocutores válidos. El repetido ejemplo del callejero balear de estos días lo corrobora.

En la Salamanca de 1928, próximo el fin de la “dictadura” por la dimisión del General Primo de Rivera, y cercana ya la “dictablanda” del General D. Dámaso Berenguer, existió la calle de Pablo Iglesias, donde en el número cuatro de la misma, estaba el salón de actos de la llamada “casa del pueblo”, donde el Comité de la Federación Obrera celebraba sus actos. Se ve que el gran impulsor de la obra pública de comienzos del siglo XX que fue D. Miguel Primo de Rivera, tenía otras cosas más importantes que hacer que quitar calles a personajes que solo les salva la propaganda.

Pues bien, en el año 1940 comienza a trabajar en la sección de redacción de la Gaceta de Salamanca Don Enrique de Sena Marcos. Su padre D. Carlos de Sena González natural de Masueco, fue hijo del que fuera médico de este pueblo durante la gripe de 1918 D. Carlos de Sena. Pues mientras D. Carlos de Sena González alto cargo de la UGT enseñanza, asentado en Madrid, casi al finalizar la guerra, marcha a América con otros exiliados del sindicato; su hijo D. Enrique de Sena Marcos, sigue trabajando en este periódico adicto al movimiento, y dirigido esos años por el falangista Juan Aparicio López. Más tarde en plena “dictadura”, 1955, D. Enrique de Sena es nombrado redactor jefe del mismo periódico. Admito de todo; hasta que me quiten la calle del pueblo.

Pues sí, el posteriormente almirante; el vasco Churruca y Elorza, (uno de los “descallejados” balear) murió luchando contra las tropas inglesas y ante la admiración de estas, por España y por el Rey que le había tocado, en Trafalgar, Cádiz, el 21 de octubre de 1805. Su contrincante el almirante Nelson que murió también en la batalla, comentan que fue conservado en un barril de Jerez para evitar su deterioro durante la repatriación hasta Londres. Actualmente yace en la catedral de San Pablo de esa ciudad. Vayan ustedes a tocarlo. Un pueblo que deshonra a sus héroes, la historia demuestra que le queda poco.

(Como hay jóvenes que no se lo creen, propongo en una próxima, una lista de cosas que hacíamos libremente los jóvenes a finales de la  “dictadura”, y por lo que ahora tendríamos que marchar a América como el paisano D. Carlos).


No hay comentarios:

Publicar un comentario