Derrumbe producido por jabalíes en un paredón en las Arribes, con grave atentado al patrimonio.
(Yo soy animalista, y también verdurista, osea, como de todo)
Desde tiempos inmemoriales, el pirómano, Junta de C.y.L. lleva
legislando en materia de medio ambiente,
como si fuera el mas animalista, el mas ecologista, el mas …. Y claro, todos
los años se encuentra con una sentencia en contra de su “propio” TSJCL. Y es
que cuando generas leyes para darles gusto a otros, para que no te llamen
asesino y torturador de animales, es lo que te pasa. Quizás, si desapareciera
tal consejería, nefasta desde tiempos de la recién mudada de camisa, y fuera
controlado el denominado medio ambiente, por agricultura y sanidad, (incluso
animal), otro gallo cantaría. Es más, si se prohibiera totalmente la caza,
también se dispararían los accidentes en carretera, (entrando en este momento los ministerios de fomento e interior). A partir de aquí, y conociendo el recaudatorio ojo de
nuestros gobernantes, bajarían la velocidad máxima a 60 por hora, llenando de
paso las carreteras de recaudo-radares.
El hombre, (en adelante, hombre-a para dar gusto a la progresía),
empezó su hábito de caza cuando se dio cuenta que con la barriga llena le
sonaban menos las tripas, y que con la piel de un bisonte, pasaba menos frío en
invierno que con un par de hojas de higuera. Posteriormente cuando aprendieron
a domesticar estos, ya tenían una pequeña parte de su dieta asegurada. La caza más
tarde, ya en la edad media, se convirtió para los nobles en un arriesgado
deporte, (ahí tenemos a Favila), más que otra cosa, porque su dieta en parte estaba
satisfecha con los impuestos en forma de especies que los súbditos anualmente
les proveían. Sin embargo para estos últimos, era un complemento para su dieta
hortelana, a la vez que mitigaban en lo posible los daños a su ganadería, bien
por ataque directo,(léase lobo), o bien por enfermedades, (Léase la Bufa), y su
agricultura.
Se conoce que rondando al ochenta por ciento de los cérvidos
que son cazados en la montaña palentina y leonesa, son portadores de la extendida
lengua azul, como también lo son en tuberculosis, los jabalíes. (En muchos países
europeos, este tema es tratado como si de salud pública se tratase). Por tanto,
de que sirve el saneamiento ganadero de las explotaciones, si muchas veces el terreno de pastoreo es
compartido por estos animales. ¿Hay por tanto que mantener a toros y cerdos
estabulados? Claro, esto traería una merma en la calidad del bienestar de estos
animales. Entonces ¿en qué lugar nos situamos? Yo, (que no soy cazador), lo
tengo muy claro, la Junta de C.y L. estos días en labores de bombero a la fuga, (que viene VOX), por lo que se ve no.
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