Lugar del antiguo altar del colegio seminario. Masueco) (1692-1810)
“I had a dream”; emulando en tiempo pasado a ABBA, y
referido a la entrada anterior; yo también tuve
un sueño. Dicen que a finales de los 70 este grupo musical rivalizaba con
la compañía VOLVO en el ranquin de ingresos para las arcas suecas, y reconozco
que yo fui una víctima voluntaria del “wall of sound”. Y empecé a soñar.
Soñé que primero llegaron al pueblo varios grupos de gentes,
(que no los conocía de nada, y que no habían venido nunca antes por aquí), con
pancartas, abucheos, y dejando alguna pintada
como “Masueco facha”, sí, pero ni un duro por lo demás dejaron en los
negocios de la zona. Meses más tarde, empezaron a llegar autocares y coches en
tal cantidad, que tuvo de contratar el ayuntamiento media docena de “Cheítos”
para organizar tan enorme tráfico y atender a los medios, radios, televisiones,
etc. Se abrieron otra media docena de bares, (todos con sus espetos, con o sin
lactosa; crestas, muñones, zurullos, etc), siete Zebaderos, otros tantos hoteles
con gasolinera o sin ella, e incluso gran cantidad de tiendas de “suvenires” con inscripciones que decían:
Estuve
en Masueco del Caudillo y me acordé de ti.
Los comercios del pueblo no daban abasto, quesos, embutidos;
La cooperativa de vinos a tope; hubo que replantar viñas, sanear los olivares y
todo. Se construyó el tan deseado puente sobre el Duero para que desde Galicia
sus paisanos pudieran llegar antes “atrochando”; y todo, porque a alguien se le
ocurrió ofrecer el ara del altar de
la Bodega de la Solana, para recibir
los restos del desenterrado en cuelgamuros. Claro, luego te despiertas, y a
parte del dolor de cabeza, solo hay un “Cheíto”, un Cortijo, un Zebadero, un
hotel con gasolinera, las viñas perdidas, y lo único que tienes para regalar de
recuerdo del lugar, es el ticket de compra de una botella de vino que pone, Aldeadávila,
Corporario o Masueco (y sin de la Ribera).
Por cierto, el ofrecimiento sigue en
pie.
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