domingo, 16 de enero de 2022

Reflexionando

 

                                                  Siiiiiii.....silencio

No tengo ni idea cómo explicaría Platón la situación que estamos viendo pasar. Ignoro si soy yo solo, mi grupo, si es el pueblo, provincia, región, estado, incluso el “mundo mundial” como decíamos de niños, los que estamos “disfrutando” de las sombras chinescas que nos ofrece la televisión en sesión continua.

Los que tenemos cierta edad, incluso llegamos a ver las sombras en “blanco y negro” las cuales,  nos podían dar una mayor sensación de realidad y por tanto más creíbles. Nunca habíamos salido  de la caverna por lo que estábamos perdonados.  Cuando pudimos conocer el mundo exterior, hubo gente que se percató que había cosas fielmente reflejadas en las paredes de la cueva, y otras, que fuera no había ningún elemento que pudiera generar ese tipo de figuras que nosotros veíamos.

Hoy hay gente que nació en la cueva, fueron colocados orientados a la pared donde se proyectarán dichas imágenes, y así llevan toda su vida. Algunos de ellos, tienen incluso la posibilidad de asomarse a través de una rendija de la puerta para ver si aquello que están visualizando en la pared, corresponde con algo que sucede en el exterior y a la vez pudiera ser reflejado en el fondo de dicha caverna. No, hay gente que no quiere ver eso que llaman  realidad, no siendo que esta desmonte la mentira en la que llevan todo el tiempo viviendo y tenga que admitir su ignorancia.

El esforzarse en conocer la “verdad” tiene su lotería. Podría esto ser,  ese “placer incomparable” como diría el gran filósofo griego. Pero claro, también el conocer la verdad tiene muchas veces su parte dolorosa; por eso ante la duda, hay quien dice: Para que quiero yo saber quién, a quién  y por qué lo hizo.  Para que quiero yo saber quién y para que se lo llevó. Etc. Tal vez el vivir en el limbo sea ese lugar del espacio entre los vivos y los muertos como dice la teología donde las almas esperan la gloria celestial.  También existe otro limbo. Este pudiera ser la “sala de espera” donde se sitúan  algunas personas aguardando que se decida quién es el ganador. Este es el momento de salir los héroes que estaban comodamente en el limbo en apoyo del vencedor.

Esta última es la gente, que el tiempo que no se están proyectando imágenes, no tienen si quiera la curiosidad de comprobar la realidad de la proyección que acaban de ver; ¿para qué? siguen a la espera atenta a la pared. A la espera que esta les cuente algo. Algunos, incluso están convencidos  que aquello que ven no son sombras proyectadas. Estos son los que te mandarán callar si te oyen discrepar de lo que ves, diciéndote: Siiiiiii… silencio; que la pared va a hablar. Y la pared habló; es la voz del vencedor. O sea, de los suyos. Siempre de los suyos.


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