viernes, 7 de enero de 2022

LA LIBERTÉ y el ejemplo francés

 

              No se asusten. Aquí solo hay manisfestaciones por el fútbol.

Cuando quedan alrededor de tres meses y medio para las vacaciones de Semana Santa. Cuando quedan tres meses justos para otro pico, (que sería el séptimo, con mutación o no) de este “rarovirus”. Un “rarovirus” que permitió que en toque de queda pudieras sacar el perro a mear, pero no al hijo a pasear. Que cambió la distancia (sin mascarilla) de contagio de 2 metros a uno y medio, por apetencia de un líder nacionalista, (PNV). Un “rarovirus” que permitía que la asistencia a la celebración de una boda en una iglesia, fuera el doble que  el que te permitía a cielo abierto en un cementerio.

Un “rarovirus” que te deja comer sin mascarilla en un restaurante, pero no cenar si lo hacías después de las diez de la noche. Un “rarovirus”, que tan pronto convertía a los camioneros y productores de carne y leche en esenciales y  año después, transformar en malditos tanto a los camiones como a su cargamento de vacas; (ministro de consumo incluido). Un “rarovirus” que mantiene abiertos todos los centros de ocio y trabajo; pero deja fuera aquellos no tan esenciales como centros de atención primaria y en algún momento colegios e institutos. Y claro a tal mal, tal remedio:

Un “rarovirus”, solo puede ser atacado por una “rarovacuna”. Una “rarovacuna” que te permite seguir contagiándote y contagiar, (con síntomas o no). Que te deja postrado en casa durante catorce días, pero que es posible bajar a siete, siempre y cuando la señora Ayuso diga que sus asesores así se lo han comunicado. Que la libertad de la que disfrutan los ciudadanos de su comunidad parece ser, no influye en la trasmisión de dicho bicho. Incluso el contagio de sanitarios en centros con gestión privada, parece afecta menos a los trabajadores. Madrid,  con ocho veces más población que comunidades como La Rioja o Murcia, tiene muchísimo menos personal  contagiado. (Datos oficiales del ministerio de sanidad). ¿Será que los rarovirus afectan más a unos gremios que a otros? Los autónomos parece ser, como sucedió con Obelix, se habrían caído todos de pequeños en una marmita de vacuna.

La mayoría de los españoles aunque hayamos pasado la !enfermedad¡ llevamos ya tres viales de eso que llaman “rarovacunas” que te tienes que poner cada tres meses si quieres entrar en los bares. Pues no; aun no es suficiente. Debes poseer un “raro salvoconducto” en el que diga que como has sido obediente, estás autorizado a entrar en recintos señalados. Campos de fútbol, teatros, palacios de conciertos y si te dan ganas de huir; incluso subir al avión.

A estos recintos, si este “raroconducto” posees, puedes entrar con una plaga de pulgas, piojos e incluso con algunos bichitos de esos que se cogían en antiguos lupanares. Puedes hacerlo también con paperas, varicela, rubeola y demás enfermedades contagiosas. SIDA, lepra si la hubiera y una galopante gripe. En fin, la duda ¿Es un problema de salud, o de que te pongas las “rarovacunas”?

Hay ciudadanos europeos que así lo han entendido. Los vecinos franceses ante esta limitación de LIBERTÉ, han sacado a pasear días pasados la guillotina para que sea vista por su presidente. Nosotros, como en la vuelta a España de Fernando VII, seguimos gritando tal cual lo hacía aquel populacho: “Viva las cadenas”. (O sea; aquí el sacar a pasear la guillotina lo hará el gobierno). A esperar.

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