martes, 4 de mayo de 2021

Un lenguaje que da miedo

 

Centro de interpretación del carretillo. Masueco de la Ribera

Esta semana pasada con gran pompa se inauguró en la comarca de las arribes del Duero, como atracción turística, lo que desde hace algo más de cien años se promovió como la línea férrea Salamanca- La Fregeneda. Hoy día el tergiversado manejo del lenguaje tiene estas cosas: Cuando una mina o fábrica se abandonan, no se llora, se convierte en un centro de interpretación del asunto con corte de cinta por parte de las autoridades y brindis incluido. Si se cierra una vía de comunicación ferroviaria como en este caso, no se gime, en el futuro se celebra la apertura de una “vía verde”. Quedan dos telediarios para que se cree la imagen protegida de “la España vaciada” con lo cual, cada vez que se abandone un pueblo, este pasará con gran orgullo a aparecer en esa lista como si fuera un gran logro del sistema, placa incluida. Al tiempo.

También llevan machacándonos un tiempo los gobiernos con una palabra que me da miedo y que yo solo conocía aplicada a la tecnología: La resiliencia; o sea, la capacidad que tienen algunos materiales cuando son deformados por el método que sea, impacto, torsión, etc. el volver  a su estado anterior al hecho. Estos mandamases lo utilizan sin embargo como: Acostúmbrate y traga con lo que te echen que te va a dar lo mismo; yo la “fuerza” no la pienso dejar de aplicar. A las diez te meto en casa que sale el bicho. Puedes comer en restaurante a las 14 horas pero no cenar a las 23. Puedes ir a misa o al teatro asiento si y asiento no en un recinto cerrado; pero a los toros será a metro y medio y a cielo abierto. Concierto en pabellón cerrado si, y verbena bajo la luz de la luna no. Muchos jóvenes, y no tiene  que ver con la resiliencia, (aunque tengan el muelle bajo torsión); no admiten que se les tome el pelo y claro, todos los días nos machaca la prensa con la propaganda de que han clausurado un montón de fiestas-reuniones policía en mano. Chavales, estoy con vosotros.

Volviendo al comienzo; dentro de cuatro días, y al paso que van las cosas, tres; la pocas viñas que van quedando en el pueblo pasarán a formar parte de la historia de las arribes. La dureza del terreno y la acumulación de años que sus habitantes cargan a sus espaldas, harán que haya que ir pensando en crear otro centro de interpretación. Posiblemente algún cementerio abandonado pudiera servir cuando ya ningún nuevo habitante lo use, con un gran cartel a la entrada que rece: Entre todos lo mataron……y el solo se murió.  Es la nueva peste que en otras épocas fue la causa del vaciado de muchos pueblos.

Sigo aconsejando un viaje a la otra orilla del Duero en la zona portuguesa para ver el contraste. Hasta hace unas cuatro décadas eran similares, o tal vez a nuestro favor. Hoy te entran ganas de llorar. Y solo hay una cosa que ha cambiado en este lado, y es la aparición de la administración autonómica y su infinidad de trabas burocráticas. Esta es la fuerza que se aplica de forma continuada a la gente sin que tenga esta opción de volver a su estado de libertad inicial. La resiliencia solo se muestra cuando la fuerza sobre el material ha dejado de aplicarse. Podemos esperar sentados.

 

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