lunes, 12 de abril de 2021

El contubernio judeo-masónico visto desde Masueco

 

Camino a ninguna parte. Puente de los tres ojos sobre el regato de la Herrera recientemente adecentado. (Masueco)

Personalmente creo, que de la nada solo se obtiene nada por mucho tiempo que le demos. Por tanto, me faltan millones de años, o siete días, (depende de la fe de cada cual), para creerme que todo venga de la evolución. No soy incrédulo por principio, aunque los extraterrestres si es que vienen en algún platillo volante, no creo lo hagan desde muy lejos. Lo que sí creo, es que el hombre llegara tiempo atrás a nuestra luna a Marte y a mas allá, ¡incluso me puedo creer que en el futuro llegue al Sol si van de noche!, pero que como diría hoy D. Francisco, hay cosas que solo pueden ser por culpa de algún “contubernio judeo-masónico”.

Que en la tierra, el carbono como el agua sigue un ciclo, pero que la cantidad siempre es la misma desde que (ni se sabe) aparecieron sobre este planeta, solos o en compañía de otros. Por tanto, cuando alguien me quiera vender alguna moto: Que me enseñe primero la cartera.

Nunca oí yo en mi lejana infancia, queja alguna de las gallinas por el supuesto abuso sexual del gallo del corral. Y juro que si no hubiera sucedido tal acto, no habría habido pollito. Hoy sin embargo me vería obligado a decir: Gallina, yo si te creo.

Nunca vi yo en mi lejana infancia comer otra cosa a “vacos” y vacas, mulos y mulas, “cabros” y  cabras, que no fuera forraje natural verde o seco; como nunca dejé de escuchar las ventosidades que por el mismo sitio que los humanos expelían, sin pensar que con su aptitud, estaban poniendo en peligro la supervivencia del planeta. También observé algunas veces, como el toro abalanzándose sobre la “tora” le hacía cosas que hoy día serían casi perseguidas de oficio. “Tora”, yo si te creo.

Si pretenden que las viandas en mis reuniones de bodega se resuman en un plato de pienso ideado y producido por Bill Puertas, acompañado de algún derivado de soja, altramuz, u otro tipo de leguminosa que es donde nos quieren llevar, es que no me conocen. Si no quieren que les robe la leche a otras especies, tampoco les quiero robar su comida. Bill yo no te creo.

Ahora que se acerca el Lunes de Aguas en la capital charra, con su leyenda mitad gula, mitad fornicio; me hace pensar que D. Francisco tenía razón. Hoy diría: No creo en los contubernios, pero haberlos “hailos”.  Pretender acabar con el oficio mas antiguo del mundo como se le conoce  quitando la parte lucrativa, que por lo que se ve es lo que les molesta…..me parece ir  dando bandazos. Tratar de ilegalizar ese vicio estudiantil de la Salamanca de la edad media, mientras se aplican técnicas antipandemia de aquella época, quiere decir que hemos evolucionado poco. Habría que preguntar a las afectadas de ese oficio, que es lo que mas les denigra; si el hecho de lucrarse ejerciendo esa labor libremente en un lupanar, o pillar mejor asiento representativo en alguna cámara, complaciendo “sin recibo ni factura”, los deseos del “ascendedor”. Diputada yo si te creo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario