miércoles, 5 de agosto de 2020

Lecciones Gallegas





Desde tiempos ancestrales, el hombre tenía por norma proteger el fruto de sus cultivos de otros  animales tanto aéreos como terrestres, comida que por otra parte era la alimentación de su familia. Aquella costumbre con el tiempo pasó a ley en algunas legislaciones. (Anglosajona). (Siempre suelo  poner un ejemplo: En EE.UU la gente acostumbraba a que cuando a las tres de la mañana alguien forzando la puerta entraba en su casa con la “noble” intención de robar, o más, si te interponías; el dueño tenía la costumbre de defender lo suyo). Aquí ponga usted lo que quiera: Garrote, faca, pistolón, etc. Como esta costumbre fue admitida en principio por los jueces; pues ahí quedó; como ley).

En aquel tiempo el hombre lo primero que inventó para ahuyentar aves fue el espantapájaros, o sea, un artilugio lo mas parecido a sí mismo, que los animales sabían que no se andaba con chiquitas. La costumbre del cantazo era muy usada en la época. Los egipcios inventaron el gato, y le cogieron tal cariño, que hasta esperó la eternidad junto a los faraones dentro de las pirámides. Los gallegos y astures le pusieron patas a los baúles; los “hórreos”, que no son tan grandes como las pirámides pero les ganan en belleza.

Como gracias a la legislación creada en esta zona “romana”, con el culo apoyado en asiento de fina piel, y con buen sueldo fijo gracias al estrujamiento del resto de los cotizantes, el espantapájaros con símil humano, ya solo sirve para que los pájaros caguen en él. Por tanto, aparecen nuevos inventos: Búhos, CD compactos, cintas de casete o aluminio, repelentes odoríferos y últimamente un sinfín de aparatos electrónicos a los que los animales se van acostumbrando perdiendo su eficacia. D. Benigno Ruiz, investigador de la escuela politécnica superior de ingeniería de Santiago de Compostela aclara en la entrevista: (En la escuela universitaria han probado todo tipo de sistemas para mantener a los pájaros alejados de sus fincas. Pero reconocen que esto no es tarea sencilla. Los diferentes métodos funcionan, «mentras os paxaros non se acostuman a eles. Pero os paxaros son moi listos e, en canto se acostuman, xa deixan de facer efecto), explica Ruiz. Aparece por tanto la red, y con ella el dilema. (En zonas nas que xa non se cultiva habitualmente, os que quedamos somos como unha diana», explica Benigno Ruiz, investigador de la Escola Politécnica Superior de Enxeñaría)

Traigo aquí un extracto de La Voz de Galicia que enlazo en el que aclara, que en esa inteligente comunidad en la que “beben” cerveza como la de la foto de entrada, la red para protección de pájaros no está prohibida. Tampoco influye la medida de la luz de la red; lo que si influye es la intención con la que se coloque la misma. (Existe la creencia entre los agricultores de que no se pueden utilizar redes para proteger los cultivos, pues esto supone una amenaza para los pájaros. Son muchos los que piensan que pueden enfrentarse a una importante sanción del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) por utilizar estos sistemas. Nada más lejos de la realidad, explica el teniente Álvaro Lago, responsable de este servicio en la provincia de Pontevedra. «Hay unas redes de caza, no selectivas, que son conocidas como redes japonesas, que es cierto que están prohibidas», argumenta. Pero estas, insiste, nada tienen que ver con las que se colocan sobre los cultivos o incluso sobre los árboles frutales.

En la prohibición que existe sobre esas redes de caza, cuyo uso sí que está penado con importantes sanciones, es donde, en opinión del teniente Álvaro, se ha generado la confusión. «Que se interprete que cualquier tipo de red está prohibida no es correcto. Hay que ver la intención con la que se pone», asegura. De hecho, estas redes de caza se suelen colocar en posición vertical y se distinguen fácilmente de las que utilizan los agricultores. «Se diferencian perfectamente porque si pones una red en vertical seguramente no sea para proteger nada», dice.

No existen tampoco, en agricultura, restricciones sobre el tamaño de los agujeros que debe tener la red o sobre su grosor. «Si uno pone una red para proteger sus cultivos y ve que en ella cae un pájaro, lo que tiene que hacer es soltarlo», afirma. Explica también,  y aquí tenemos seguramente el problema, que «la normativa es diferente según las comunidades autónomas». Reconoce que, en Galicia, se ha extendido la leyenda de que no se pueden utilizar las redes para proteger los cultivos, «pero es como lo de recoger piñas en el monte. No está prohibido, lo que pasa es que aquí los montes son privados y tienen dueños», sostiene.

Sobre lo que sí existen restricciones es sobre el uso de venenos. Estos están totalmente prohibidos para todo tipo de animales. (Muy bien esta prohibición, pero es a esta  desesperación donde llevan las leyes y multas injustas).

Por último, ¿Que hay que hacer en las Arribes con este tema?: ¿Traer al teniente Álvaro Lago?, ¿Enviar a galeras a los legisladores que merodean en Pucela?, o ¿Habrá que repoblar otra vez esta zona con gentes que como en Galicia, fabriquen la cerveza de arriba? (España)

1 comentario:

  1. Esta entrada tiene que ver, con la revuelta que hay en el pueblo a cuenta de las redes para proteger la fruta de los pajaros de la Junta.

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