Cualquier pueblo en víspera de elecciones municipales.
Por aquellos españoles que en estas elecciones no pueden votar en su ciudad al partido que quieren, simplemente porque no hay nadie que pueda presentar en él libremente sus ideas.
Aparece de vez en cuando en alguna publicación dirigida a
esta comarca, escritos vistos seguramente a través de algún cristal
políticamente modificado, de esos que hacen ver las cosas a gusto del
manipulador, o eso nos parece a alguno.
Espero que en Masueco, este día 26 de mayo al coger la
papeleta, las gentes de este pueblo, se hayan quitado esas gafas quien las tenga,
y vote con la transparencia que solo su retina más o menos dañada le permita
hacerlo; que siempre será mejor, que hacerlo a través de uno de esos cristales
que les comento. Seguramente en su dañadas retinas, tengan marcadas las
diferentes imágenes que a lo largo de los años se han ido grabando en ellas; su
río con su más o menos agua; sus gentes, con su más o menos empatía con alguno
de ellos, pero siempre con esas imágenes que son suyas, vivencias suyas;
fiestas, las suyas; heladas y granizadas, las suyas; desavenencias por qué no, también
las suyas; pero siempre lejos de esas imágenes creadas en sedes políticas a
cientos de kilómetros, y grabadas en las gafas por las que quieren que miremos
a la hora de votar.
En estos últimos años, parece que en el pueblo se ha
realizado la transición a una cierta normalidad; y que unos y otros, han
procurado aparcar las tensiones de hace años, y que los que venimos de fuera
agradecemos. Que no te miren mal si das los buenos días por la mañana a tu
vecino porque parece que es de los que vota a fulanito, porque una vez, parece
ser, le vieron hablar con menganito, y eso es imperdonable. Si la gente parece, ha
conseguido pasar al olvido las tensiones de hace una década, que las gafas
de estos manipuladores profesionales, no las hagan retornar a las de hace ocho.
Sea quien sea el grupo más votado, que al final gane
Masueco. Y España, claro.
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