BAR EL CORTIJO-MASUECO DE LA RIBERA
Hace ahora tres años que reabrió, tras
algunas reformas obligatorias en los WC,s (atendiendo a la nueva ley de
igualdad), y que los que micionamos de pie sufrimos: El bar el Cortijo en
Masueco de la Ribera. (Y pongo de la ribera porque no pienso ser políticamente
correcto). Y como esto último se alargaría, habrá otra entrada.
Estos bares que sobreviven en pequeños pueblos
sin una subvención merecida, son lo mas parecido a aquellos centros que en otra
hora, fueron lugares donde iba la gente a ver los toros y el fútbol, (la fiesta
nacional siempre primero), y en unas épocas, en que no en todas las casas
existía un televisor. Ahora que estas transmisiones, previo pasar por la época
analógica en que las veíamos con rayas, han pasado a ser directamente de pago, lo
que no ha hecho volver al BAR. Sana idea. A mi particularmente me gusta mas la
palabra taberna. Y por si acaso a algún joven le parece un invento nuevo; bien
viene un extracto de la cena jocosa de Baltasar del Alcazar, nacido en Sevilla
en 1530.
Si es o
no invención moderna,
vive
Dios que no lo sé,
pero
delicada fue
la
invención de la taberna.
Porque
allí llego sediento,
pido
vino de lo nuevo,
mídenlo,
dánmelo, bebo,
págolo
y voyme contento.
Este Bar el Cortijo, situado junto
a la iglesia, es un autentico centro cívico del saber, lugar donde se reúnen ateos y creyentes para
discutir sobre lo divino y lo humano, moros o cristianos, sean del bando A o
del bando B.
Donde las discrepancias siempre son,
entre si es mejor Messi o Cristiano, si lo fue el Viti o el Cordobés, o si me
diste la señal de que tenías dos ases y solo era uno, en alguna de las partidas
de mus o subastao. Donde el problema es
llegar tarde tras la salida de misa y que te hayas quedado sin el rico pincho,
de la recién hecha tortilla de patata. Donde no hay discusiones entre los
partidarios de barra, silla o terraza. Entre los aficionados al blanco o al
tinto, si al vino se refiere; o entre los de Mahou o Estrella de Galicia, en
tocante a cerveza. Con leche fría o caliente si el asunto trata del café. Donde
unos y otros, (del bando A o del B), tienen lo mismo para elegir: Espetos con o
sin lactosa, zurullos, muñones, verdel de cuaresma, crestas, y un largo
etcétera, y cuyo máximo desacuerdo con el servicio en momentos puntuales es: me
has calentado el morro demasiado, la clara dije con limón, o el descafeinado el
próximo de máquina.
Visto el resultado, los siguientes
comicios, por favor: EN EL BAR.
Suerte amigas.
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