lunes, 9 de abril de 2018

A LA TERCERA VA LA VENCIDA. (conversaciones con un jabalí)



Salida de agua del molino del correo en el lugar del Balsadero sobre el río Uces, y que perteneció en tiempos, y rindió beneficios, al colegio seminario de Masueco de la Ribera.
  Desde hace algunos meses, vengo teniendo algunas palabras con una serie de jabalíes, que de vez en cuando, se acercan a merodear por el lugar del Balsadero junto al río Uces. Acostumbran últimamente a pasar largos ratos bajo los árboles en los marjales de una viña, esperando que vaya madurando la fruta sin otro estrés, que el que yo les produzco cuando me acerco a su lado sin otra intención, que recordarle que está en una zona privada.

No sé qué decir, si es que soy experto en el idioma guarrinés, o que su perseverancia en mantener esa conducta tanto tiempo, hiciera que acabara por entenderles. Uno de estos, con el que llegué a tener cierta empatía y afinidad, me comentaba los consejos que sus progenitores daban a la prole.

Mamá gorrina les decía que antiguamente sus tatarabuelos gorrinos, les aconsejaban no acercarse a zonas cultivadas por el humano, pues estos, tenían la libertad de matarlos si así lo hacían. Con esta lección, se aseguraban el no invadir tierras de labor, manteniéndose en lugares muy retirados, allá donde estos no eran molestados.

Uno de de ellos, con el que tuve largas charlas, (gorrinas, pero charlas), me decía, que cerca de los humanos, y si es preferible junto poblaciones y carreteras, eran los lugares donde menos peligro había. Decía que el hombre, se aseguraba de llevar el perro atado con una cuerda, y que las escopetas estaban prohibidas en esos lugares.

Y que en aquellos lugares, en los que eran reserva los de su especie, y al que antiguamente el hombre no solía acercarse, ahora, dos o tres veces al año, armados con escopetas y con una jauría de perros, los sacan a tiros de su reserva, como si quisieran que estos abandonaran la zona en la que estaban confinados, y se asentaran junto a las poblaciones, donde tienen abundante comida; patatas, calabazas, fruta, etc. y donde perros y escopetas estaban guardados.

Ahora pido ayuda a los iluminados que mandan, como le explico yo a mi interlocutor gorrino, que no es  esa la intención.

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