Cierto día bajaba el Dios Baco por las laderas del monte Massico disfrazado de vagabundo (cosa que acostumbran), cuando se encontró con Falerno.
Este, hombre pobre y que vivía en una de ellas, le ofreció todo lo que tenía, leche, aceite, almendras, miel y otras cosas que la naturaleza daba en esas zonas a Falerno. (Este monte se encuentra junto a Falciano de Massico en la provincia de Caserta,
El Dios del vino transformó la leche en tan preciado líquido y que tras brindar, hizo caer en un largo sueño a tan generoso lugareño.
Este al despertar, observó que toda la ladera del Massico se había trasformado en un inmenso viñedo. Cosas que hacen los Dioses.
El vino Falerno de Massico, fue sin duda uno de los vinos mágicos de toda Italia y que aportaba un signo de distinción a sus bebedores.
Se que no tiene que ver la apariencia del nombre Massico con el antiguo nombre de Massoco.
Se también que estas laderas no fueron trasformadas en inmenso viñedo de una manera mágica, aunque a aquellas gentes les pareciera un sueño.
Ni que por este pueblo y comarca dejaran los romanos algunos vestigios quien sabe si gentes venidas de aquellos parajes.
Pero aclarado esto, seguramente habrá alguien de Masueco que como Domitius Primus cuando murió con cien años cumplidos, guste hacer labrar en su estela funeraria como hizo aquel; “Aquí yace ....... ..... que durante toda su vida, solo bebió vino de Massico”.
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