Ajeno a las circustancias, la vida sigue en el viñedo
Entre el pesimismo de mi amigo Nelson, que desde Torre de Moncorvo
(Portugal), dice asemejarse a alguno de los personajes de la caverna de Platón
viendo sombras pasar por el ojo de la cerradura, y mi absoluto desconocimiento del
tema, me inclino por el positivismo endémico como él lo denomina, del biólogo y
catedrático de ciencias naturales Miguel
del Pino.
En primer lugar, solo el hombre es
capaz de crear algo que acabe con toda su especie. Los virus por otra parte nos
necesitan vivos para poder perpetuar la suya, por tanto, no pretenderán
nunca acabar con todos nosotros. (Esta supuesta inteligencia, echaría por
tierra los bulos que hablan que podría haber sido creado por el hombre;
conspiración de alguna gran potencia, o algo así). Comenta, que al ser un virus
nuevo, y dado que nadie había estado en contacto con él, ninguno tiene en su
organismo anticuerpos específicos para defenderse.
En el artículo que publica este fin
de semana en (Libertad Digital), y
que al final enlazaré; comenta, que las soluciones más naturales para combatir
el virus son las vacunas; es decir, la inoculación del agente patógeno
debidamente atenuado, (como la viruela);
o bien, la sueroterapia, es decir, suministrar directamente los anticuerpos que
previamente han sido fabricados por otros individuos que hayan pasado la
enfermedad, (el tétanos por ejemplo).
La vacuna según los expertos
tardaría cerca de un año en estar disponible y eso, saltando a toda velocidad
las pruebas burocráticas que para cualquier medicamento se necesita.
En cuanto a la sueroterapia, comenta,
que como no se sabe exactamente el momento en que se originó la aparición de
este virus, es posible esté más extendido de lo que parece; por tanto, tampoco se sabe desde cuando lleva
pasivamente inmunizándose la gente. Dice que este invierno ha sido pródigo en
gripes y catarros raros, aun en individuos “vacunados”, por lo que puede que
algunos de estos hayan pasado este COVID-19. Opina que entre los infestados asintomáticos,
previamente comprobado su producción de
anticuerpos, y los que han pasado la enfermedad más gravemente, podría existir
la suficiente cantidad de plasma para empezar los tratamientos por esta vía en
un tiempo mas corto.
Por cierto, mientras aquí, gracias
al estado de emergencia sanitaria se iba por las fábricas incautando elementos
de seguridad, (léase guantes, mascarillas, batas, etc.), que autonomías
precavidas habían encargado. Mientras cientos de españoles fabricaban
accesorios para estos con impresoras 3D al ritmo de una docena diaria; o mientras
personas anónimas cosían a mano mascarillas en su casa; se estaban comprando
respiradores fuera de España, habiendo empresas aquí con un altísimo nivel
tecnológico. Podría poner aquí el ejemplo del presidente de un país, que con un
estado de excepcionalidad similar, ha ordenado a dos empresas automovilísticas
como General Motor y Ford, a tener fabricados, OJO, 40.000 unidades de respiradores
para UCIS antes de finales de abril. Aquí hay empresas con conocimiento y
actitud para hacer lo mismo; pero claro, allí tienen un presidente que dicen
que es un “facha”.
Lo de los test de todo a cien de
días pasados es para nota. ¿Qué interés en volver a comprarlos al mismo
vendedor? Hablando de lo anterior; hay por ejemplo en España, una empresa,
(Genómica, perteneciente al grupo PharmaMar, Madrid) con prestigio
internacional. Esta compañía es líder en diagnostico molecular e identificación
genética, con contratos de exportación a multitud de países, China incluida.
Desarrolla por ejemplo entre otros
muchos, kits para detección del papiloma, (prevención del cáncer de útero).
Para más información de la empresa Rosario Cospedal, directora general de
Genómina S.A.U. Ya sé, hermana de María Dolores de Cospedal (P.P.). Al enemigo
ni agua, aunque se muera media España.
Por si hay alguna duda, yo no me
asomo a la ventana a aplaudir a los sanitarios cada día a las 8 de la tarde;
no, me acuerdo cada minuto de la madre de cada uno de estos gobernantes que después
de tomar todo el poder vía decreto ley, mantienen a esos profesionales sin los materiales
necesarios para protegerse, y para intentar reducir estas listas de fallecidos de todas las clases sociales. Lo
siento, es que no puedo olvidarme de cierto sinvergüenza, a la sazón,
vicepresidente del gobierno.